jueves, 10 de febrero de 2011

SOLO ATIENDE EN BUENOS AIRES


“ ¿ Que sucede aquí con esa maldita tendencia centralizadora que vengo combatiendo?” Leandro N. Alem

Como país nos caracterizamos por exhibir una profunda lógica centralizadora. La misma ha contribuido a consolidar en nuestro territorio una poderosa matriz centrípeta, donde las fuerzas vivas de la nación convergen en una gran megalópolis.

Desde esta lógica es que se da inicio a un proceso de lucha por los recursos, en donde familias enteras se trasladan en búsqueda de una mejor posición relativa en cuanto a la oferta de puestos de trabajo, planes sociales, servicios, acceso al sistema educativo y al sistema de salud.

El crecimiento de la Argentina de los últimos tiempos ha encontrado en esta lógica centralizadora un importante cuello de botella para el desarrollo nacional. Es por eso que tras varios años de crecimiento ininterrumpido de la economía, las condiciones de vida de las clases populares no muestran una mejoría significativa, y es cada vez es mayor la brecha entre ricos y pobres, causante de una conflictividad social sin precedentes.

A su vez este modelo ha contribuido a forjar un imponente entramado de intereses statu quistas, como son los del sindicalismo vinculado al gremio de camioneros, los de la toda poderosa estructura de los intendentes del conurbano y los de las fuerzas del orden, administradores de los negocios de la droga, el juego, la prostitución y la violencia en nuestro país.

Sin embargo vivimos hoy los argentinos una oportunidad como pocas veces vista o lo largo de nuestra historia.

Las transformaciones en la configuración mundial, y el efecto de estas en la demanda de alimentos, nos colocan nuevamente en una posición de privilegio, similar a la que una vez dio vida a la Argentina de finales del Siglo XIX.

Como generación nuestro desafío es estar a la altura de las circunstancias y trabajar firmemente para que este contexto favorable pueda verse reflejado en la consolidación de un nuevo modelo de país profundamente igualitario, donde la marginación, el atraso y la pobreza se conviertan, de una vez por todas, en postales del pasado.

Este contra modelo solo puede pensarse desde el eje central de la democratización de la oferta cultural político económica. Buscando el desarrollo integral del territorio nacional, de manera de transformar nuestra matriz centrípeta en una centrifuga.

Solo la capacidad organizativa del Estado Nacional puede garantizar el éxito de esta empresa. El mismo tiene que ser el encargado de llevar adelante el proceso de la mano de políticas públicas novedosas para la creación de incentivos a la inversión y la generación de empleo, la construcción de infraestructura vincula a la salud, educación y servicios, de manera de poder dar inicio al florecimiento de nuevos centros urbanos.

Entre estas políticas públicas tienen que barajarse, el traslado de la capital, la reconstrucción de una red ferroviario acompañando esta nueva lógica descentralizadora y el traslado del puerto comercial de Buenos Aires.

Solo así seremos capaces de garantizar el futuro de miles y miles de argentinos que están por venir, los cuales necesitan de nosotros para que luchemos para modificar esta realidad.

Gonzalo Sánchez Rey
Coordinador Ejecutivo de la Filial Morón de la Fundación Instituto Moisés Lebensohn.

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